GESTALT
Una nueva mirada
La terapia Gestalt tiene un corazón demasiado auténtico, espontáneo y especial como para limitarlo a una definición de diccionario. Más que una terapia, es una forma de ser, un compromiso con uno mismo y el momento en que vivimos; en otras palabras: un pacto con la vida.
Para mi solo tiene sentido hablaros de la Gestalt si con mis palabras puedo trasladar un poco de su autenticidad original. A todo aquel que se inicia en ella le dicen que la Gestalt se sustenta sobre tres pilares esenciales: presencia, consciencia y responsabilidad. La terapia Gestalt, por lo tanto, bebe sobre todo de la espontaneidad, confianza e intuición hacia el momento presente, el aquí y ahora. ¿Cómo definirla entonces? ¿Cómo ponerle significado a algo que está vivo y en constante mutación?
Desde mi punto de vista, la terapia Gestalt es un aprendizaje respecto al mismo acto de vivir. Es un continuo de consciencia, instante a instante, de lo que nos ocurre, para luego hacernos cargo de ello. Sin embargo, entre medias hallamos nuestra dificultad para estar plenamente presentes, nuestros obstáculos para tomar consciencia de lo que necesitamos o lo que nos ocurre realmente, y nuestras resistencias a hacernos responsables de lo que hacemos o no hacemos y lo que está en nuestras manos cambiar.
La magia de la Gestalt radica en el proceso honesto de darnos cuenta de qué nos pasa, y abrazar nuestras propias incongruencias, representadas en forma de polaridades a menudo contrapuestas. Es así como transitamos un camino de comprensión y autoaceptación que nos conecta con nuestra emocionalidad y vulnerabilidad, conduciéndonos hacia un espacio de mayor conocimiento, confianza y amor hacia nosotros mismos y nuestras dificultades.
Aprender a aceptar
A través de la terapia Gestalt aprendemos a hacernos más transparentes, auténticos y honestos, tanto con nosotros como con los demás, a la vez que nos permite reconectar con la fuerza y el poder derivado de reconocernos tal y como somos, con nuestros defectos y virtudes.
Porque es aquí donde se gesta la verdadera magia: cuando nos aceptamos tal y como somos, sin pretender cambiarnos, nos abrimos al aprendizaje real de nuestra situación de vida. Y es entonces cuando el cambio se hace posible. No cuando lo buscamos desde el rechazo a lo que nos incomoda de nosotros, sino cuando sobreviene como consecuencia inevitable de abrazar nuestra incomodidad e incorporar la lección que lo «desagradable» y «rechazado» ocultaba.
¿Qué podemos trabajar?
Dificultades para estar Presente
Muchos de nuestros problemas tienen relación con la tendencia a proyectarnos hacia el pasado o el futuro, y resistirnos a estar presentes aquí y ahora. Habituarnos a estar más en el cuerpo que en la mente conlleva vivir con mayor ligereza, paz y bienestar.
Trabajo con Sueños y Fantasías
Aunque generalmente no les otorguemos importancia, los sueños nocturnos a menudo nos traen información esencial para nuestra vida: temas inconclusos, mensajes existenciales, patrones repetitivos o problemas recurrentes pueden hallar solución a través de ellos.
Necesidades y Prioridades
Tomar consciencia de qué es lo que quiero o necesito es uno de los principales pasos para entender dónde me he quedado bloqueado y saber hacia dónde quiero ir. Asumir lo que deseo o anhelo y reestructurar mis prioridades es esencial para hacerme responsable de mi mism@.
Juicios y Polaridades
Darnos cuenta del constante torrente de juicios que lanzamos a diario es el primer paso para comprender qué utilidad tiene para nosotros el hábito de enjuiciar. Cuando comprendemos para qué lo hacemos, podemos empezar a reconciliarnos con el mundo reincorporando aquello que no reconocíamos como propio.
Problemas de Relación y Comunicación
Buena parte de nuestros conflictos personales tienen conexión directa con las personas que nos rodean: familiares, amistades, laborales, etc. Por ello, el trabajo enfocado a nuestras relaciones sociales está lleno de aprendizajes, lecciones y sorpresas maravillosas.
Gestión y Expresión Emocional
Darse cuenta de qué emociones o sentimientos estoy sintiendo es solo el inicio de la senda de la educación emocional. Eso me permite comprender por qué suelo sentir unas emociones más que otras, aceptar lo que siento o desarrollar la autoexpresión en relación a las personas que me rodean.
Contacta conmigo
Si te ha resonado esta información, y quieres saber más, te animo a que me escribas y formules todas tus dudas.
Estaré encantado de respondértelas.
Roger Giménez
Terapeuta gestalt / bioneuroemoción
Me llamo Roger, y acompaño a personas a entender las razones y lecciones que hay detrás de lo que están viviendo, explorando los aprendizajes que ocultan sus problemas, y descubriendo con ello sus propios recursos para aceptarlos y sentirse en paz.
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