LA PÉRDIDA Y EL DUELO
Desde que nacemos, establecemos inevitablemente una relación con la pérdida. Aunque tratemos de no pensar en ello, a lo largo de una vida nos va a tocar aprender a perder todo aquello con lo que nos hemos identificado. Sin embargo, ese duelo continuado oculta una oportunidad inmejorable para conectarnos con una paz que nunca muere: identificarnos con la eternidad del momento presente.