COMPARTIR EL DOLOR
El dolor ya está en nosotros y, a pesar de nuestros esfuerzos y resistencias, lo experimentamos a través de múltiples vías. Cuando tratamos de evitar sentirlo, suele ser habitual que lo encontremos de repente en otros lugares, como en personas cercanas o situaciones inesperadas. Y es que el dolor que rechazamos dentro, terminará llegando a nosotros fuera.